sábado, 19 de septiembre de 2020

 GETEA 2005 - XI Congreso Internacional de Teatro Argentino e Iberoamericano

El teatro de Imagen o la Imagen en el teatro


Existió, existen y existirán diferencias entre el denominado “ teatro de imagen” , y el tradicional “ teatro de texto”.
Las distancias se acortan cuando nos preguntamos el texto es imagen en su génesis?, cual es el verdadero desafío de la imagen concebida como tal dentro del espectáculo teatral? adornar?, vestir? contener la textualidad verbal y no verbal?.
Todo lo que involucre a la visión del espectador es una imagen y debe ser considerada como tal para que pueda ser decodificada.
Convengamos que a los ojos del espectador, un espectáculo es un conjunto de imágenes que se entrelazan para contar una historia.
Por eso, considero necesario analizar la imagen como tal sin despegarla del contenido textual.
La imagen como combinación de sonido – tiempo – espacio y movimiento.
Según G. Deleuze “ las cosas mismas son imágenes, porque las imágenes no están en la mente o en el cerebro. Al contrario, el cerebro es una imagen entre otras. Y las imágenes no dejan de actuar y reaccionar unas entre otras, de producir y de consumir” .
O sea, para Deleuze no hay diferencia entre las imágenes, las cosas ( objetos – formas) y el movimiento.
Durante largo tiempo se incluyó el teatro dentro del campo de la literatura, en tanto se asimilaba al texto dramático como uno más (no el único) de sus componentes.
Desde hace casi medio siglo los Teatristas intentamos utilizar el lenguaje no verbal ( que veía en la puesta en escena una mera ilustración del texto dramático) para lograr comunicarnos a diferentes niveles, modificando las modalidades perceptivas del espectador.
Con el afán de catalogar o tipificar la tarea, se ha denominado teatro de imagen a varias expresiones teatrales que sumaban a las convenciones preexistentes efectos de imagen fílmica o fotográfica, o que realizaban un tratamiento especial de la luz sobre los cuerpos u objetos, o que simplemente carecían de texto dramático.
No creo que “Acto sin Palabras” de Beckett sea teatro de imagen.
Tampoco que el simple hecho de poner un fílmico en escena, lleve la imagen a un primer plano.
Muchas búsquedas han quedado a mitad de camino , y la imagen reemplaza al antiguo telón de foro pintado, o simplemente genera un marco de referencia caprichoso y que no supera a la energía del texto dramático puro.
Considero que en la comunicación escénica los elementos verbales deben estar estrechamente ligados a la imagen, dado que forman una unidad entre sí.
Así como Meyerhold decía que los textos teatrales debían ser bordados en la trama de los movimientos , la imagen, debe estar atada significativamente a la dramaturgia de la escena.
La palabra convive con la música, con los diversos elementos escénicas, con los gestos y los movimientos, con el vestuario, con el tiempo, el ritmo, y cada uno de ellos es un significante de por si, pero también puede complementar , relativizar o contradecir a los demás.
Según Perla Zayas de Lima y Beatriz Trastoy “ en los sistemas sígnicos no verbales debe considerarse su relación con la palabra, esté presente o no en el espectáculo, tenga o no prioridad sobre los demás signos. Aún en las propuestas mas radicalizadas del teatro de imagen, la palabra se halla en su génesis y exige , a diferencia del tradicional teatro de texto, una dramaturgia del espectador, que llene los vacíos con emociones, sensaciones, pero también con palabras. Se debe generar un código de imagen que pueda ser decodificado por el espectador . Esta crisis de la palabra y el nuevo protagonismo de los lenguajes no verbales han modificado las estrategias de producción y las de recepción.
Para algunos directores la relación entre lo verbal y lo no verbal, es un grave conflicto a resolver, como articular equilibradamente ambos lenguajes para lograr una recepción adecuada a la dramaturgia del texto.
Bob Wilson considera que los signos de diferentes materialidades deben estar , escénicamente en igualdad de condiciones.
Dice “ Siempre me ha sorprendido que se caracterice mi trabajo como teatro de imagen, pues el oído es importante para mi. Escuchar y ver son nuestros principales medios de percepción , de comunicación. En el teatro predomina habitualmente el lenguaje, lo que se ve es solo cita, repetición, ilustración”.
Wilson relaciona lo visual al teatro de imagen, en contraposición a la teoría de Deleuze que involucra todos los elementos dentro de la imagen.
En la actualidad, dentro de las convenciones ya transitadas por el teatro moderno, y los estudios de recepción desarrollados , podemos afirmar que es indispensable terminar con la lucha de texto o imagen, de vanguardia o retaguardia, de antes o después: “ los lenguajes verbales y no verbales, deben , necesariamente, convivir armónicamente en el espectáculo, y resignificar el texto dramático ( así sea escrito en forma de didascalia) elaborado por el autor.
El gran desafío es que texto e imagen convivan en la escena armónicamente.
Los más grandes exponentes del denominado teatro de imagen, son autores de sus propios textos, no trabajan sobre textos dramáticos ya elaborados dado que genera una complicación mayor, buscar armonía entro los elementos de la escena cuando el texto no parte de la imagen desarrollada sino de la propuesta de un autor es un desafío pocas veces abordado.
Generar un teatro de imagen que contenga a la palabra o que pueda resignificar textos en el espectador, es un trabajo diferente a incorporar imágenes en las puestas.
Según Patrice Pavis: la escritura dramática es el universo teatral tal como está inscripto en el texto por el autor y recibido por el lector. El drama se concibe como estructura literaria que reposa en ciertos principios dramatúrgicos, diálogos, tensión dramática, acción de los personajes, etc., y la dramaturgia escénica es la forma de utilizar el aparato escénico para poner en escena, en imagen y en persona, a los personajes, el lugar y la acción que se desarrolla. Esta escritura designa metafóricamente la práctica de la puesta en escena, la cual dispone de instrumentos , materiales y técnicas para transmitir sentido al espectador. El creador controla el conjunto de sistemas escénicos, incluso el texto y organiza sus interacciones, de manera que la representación no es un subproducto del texto sino el fundamento del sentido teatral.
La resultante de este conjunto de sistemas escénicos, es la imagen, que contiene a la palabra.
Habitualmente se intenta clasificar los tipos de imágenes y lo signos correspondientes de la misma manera en que se clasifican los animales.
Los géneros teatrales no dicen nada de los tipos de imágenes ni de sus caracteres intrínsecos.
En cambio, si define tipos distintos de imágenes : los planos ( primer plano – plano general – ubicación en el espacio – relaciones entre planos, distancias de la óptica del espectador, etc.)
Intervienen además factores sonoros, lumínicos y temporales .
El cine se ha constituido desde el concepto imagen – movimiento.
Tiene la aptitud de revelar imágenes distintas y la posibilidad de componerlas entre sí mediante el montaje.
Hay imágenes - acción , imágenes – percepción, imágenes – afección, y muchas otras.
En cada caso las imágenes se caracterizan por signos internos, tanto desde el punto de vista de su génesis como desde su composición. No se trata solamente de signos lingüísticos, aunque sean sonoros e incluso vocales
Demás esta decir que el teatro actual rompe con la narración tradicional, aún los que se inscriben dentro de los supuestos formatos tradicionales.
La acción expresa sensaciones sensomotoras, personajes que actúan e interactúan con el entorno ( reacción – estímulo – impulso) según lo que perciben. Así las acciones se vinculan a las percepciones y estas se prolongan en acciones.
Cito a Deleuze en un comentario sobre una escena filmada por De Sica en Humberto D, “ la joven criada entra por la mañana en la cocina , realiza una serie de gestos maquinales y cansados, limpia un poco, espanta a las hormigas con un chorro de agua, toma el molinillo de café, cierra la puerta con la punta del pié. Y cuando sus ojos atraviesan su vientre de mujer encinta, es como si estuviera engendrando toda la miseria del mundo. He aquí que en una situación corriente y cotidiana, en el transcurrir de una serie de gestos insignificantes que obedecen a esquemas sensomotores simples, ha surgido una “ situación óptica pura”, ante la cual la criada se encuentra sin respuesta ni reacción”.
La combinación en arte teatral de esta situación ópticamente pura, sumada a la situación sonora pura que deviene de lo textual, es la búsqueda.
Es quizás tan importante como la conquista de un espacio puramente óptico para la pintura.
Cuando nos encontramos ante situaciones ópticas y sonoras puras, ya no es únicamente la acción ( y por lo tanto la narración) lo que crece, sino que las percepciones y las afecciones cambian de naturaleza, pasan a un sistema diferente del sistema sensomotor de relatos de imágenes clásico. Un sistema de vivencia pura y creíble.
Nunca hay solo una imagen.
Lo que cuenta es la relación entre las imágenes que componen una obra.
No solamente las voces, sino también lo sonidos, las luces y los movimientos están en constante modulación.
Si se puede hablar de una evolución del relato de imágenes , esta se estaría produciendo desde dos puntos de vista, por una parte, la multiplicación de los parámetros, la constitución de series divergentes, mientras que la imagen clásica tiende a las imágenes convergentes. Esta es la razón por la cual la imagen pasa de ser visible a ser legible. Legible significa en este contexto, la independencia de los parámetros y la divergencia de las series.
Otro aspecto tiene que ver con la cuestión de la verticalidad. Es posible que en la escena la persistencia de la verticalidad de la boca de escena ( ventana o pantalla), sea solo aparente, funcionando más bien como plano horizontal .
Según Javier Margulis, en sus escritos sobre Gramática de la Escena, “los grandes directores trabajan con los medios que disponen, pero exigen nuevos aparatos, nuevos instrumentos, instrumentos inútiles cuando aparecen de la mano de autores mediocres, porque ellos pretenden sustituir las ideas por los aparatos. Las ideas de los grandes autores provocan estos nuevos instrumentos. Esto es lo que me impide creer que el teatro haya muerto en provecho del cine , la televisión o el video. El relato en imágenes ( en escena – en pantalla) se sirve de cualquier medio nuevo.”
El ojo del espectador está y ya en las cosas, forma parte de la imagen, es su visibilidad.
El ojo no es la cámara sino la pantalla.
La cámara, con todas sus funciones proposicionales, es más bien un tercer ojo , un ojo mental.
El espectador, el ojo y el oído del espectador, completa la imagen.
Las palabras y las imágenes deben de estar al servicio de una poética de la escena, como brújula de una búsqueda estética y temática, indagando en esas zonas de la percepción que aún no han sido cosificadas.
Para poder tener vida a partir de la mirada del espectador.
GETEA 2005 - XI Congreso Internacional de Teatro Argentino e Iberoamericano


Bibliografía
Diccionario de Teatro, dramaturgia, estética y semiología. Patrice Pavis. Edit Paidos
Los lenguajes no verbales en el teatro Argentino. Beatriz Trastoy y Perla Zayas de Lima. Edit. Universidad de Buenos Aires.
El Cuerpo, Territorio Escénico, Elina Matoso, Edit Paidos
Apuntes sobre Gramática de la Imagen, Javier Margulis
Diálogos, Gilles Deleuze, Claire Parnet, Edit Pre – Textos.
La Imagen Tiempo, Gilles Deleuze, Edit. Pre - textos

jueves, 9 de febrero de 2017

La mirada del espectador

Rescate del apunte de Ubersfeld

La mirada del espectador


¿Qué es una imagen en teatro? Una combinatoria de signos visuales sostenidos (o no), signos acústico-verbales. Los otros trazos distintivos de esta imagen son su fugacidad. No es un doble, ni una réplica según la terminología de Umberto Eco: lo que se ve no es "el retrato" de un hombre, es "un hombre".

La imagen en el teatro es una construcción. Y el trabajo sobre la imagen en el teatro es un trabajo sobre la interpretación, o más exactamente sobre la recepción de la representación.
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El trabajo del espectador es necesario: le toca a él construir el objeto a ver. Es una construcción individual: lo que ve y lo que construye no es lo que ve y construye cualquier otro espectador.
También lo individual está programado: el lugar diferente de cada espectador lo obliga a construir objetos diferentes
Esta presencia de lo individual en la recepción -en la creación- de la imagen es un elemento decisivo del funcionamiento teatral, y particularmente de la virtud intelectual del teatro. El espectador recibe una cierta cantidad de señales: a él le corresponde elegirlas, clasificarlas, hacer un conjunto que le convenga, que sea su propia creación. En ninguna forma de arte, la parte creativa, intelectual y sensorial del receptor es tan grande. De aquí lo irreemplazable del teatro y sus virtudes estéticas

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El espectador de teatro no puede, salvo excepción, procesar de golpe y en una sola mirada lo que se le propone. El trabajo de la vista en la representación teatral es particular en la medida que está condicionado por la urgencia, el ojo trabaja con y en contra del tiempo, sin esperanza de poder volver.
Pero lo que por un lado es una dificultad, es al mismo tiempo condición de la libertad de ver.

La imagen es programada por el director. Texto, gestos, signos, acontecimientos, conducen al ojo.
La percepción teatral requiere del espectador una actividad creativa. El espectador fabrica a cada momento su propio texto marginal.
Todo en el teatro está hecho para la mirada del espectador, todo está hecho para el espectador. Nada existe sin su presencia (para la representación) o para el pensamiento de esta presencia  (la preparación).
Todo está hecho, no para instruir al espectador, sino para estimular su placer
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El espectador no puede ver ni escuchar todo lo que se le ha preparado. Necesariamente tiene que elegir. ¿Cómo se hace  esta elección?
El espectador puede asimilar aquello que corresponde a su "horizonte de atención”. Lo que está afuera no lo percibe. El espectador ve los elementos de la representación según el mundo que él conoce ( "universo enciclopédico", como dice Eco).
El espectador está desde un principio, en el pensamiento del escritor, aún antes que éste haya escrito una sola línea. No se concibe que no imagine a su futuro espectador, en sus dos aspectos diferentes:
A) su "universo enciclopédico", lo que él sabe, lo que le gusta, lo que desea, sus hábitos, tanto para satisfacerlo como para contrariarle.
B) la forma de representación y el lugar del espectador, según la naturaleza de la representación
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Al comienzo el espectador recibe una cantidad de información, una pluralidad de mensajes de naturaleza compleja, compuestos de signos cuya sustancia expresiva es diferente, palabras, gestos, luces, sonidos, música, signos que no están aislados pero sí organizados y trabajados los unos en relación con los otros.

Sigue una historia que se le cuenta. El arte del narrador está presente en toda manifestación escénica.
El espectador cumple a la vez un ejercicio, memorizar los diversos episodios del relato, incluyendo los detalles aclaratorios que pueden resultarle poco importantes en un primer momento. Al mismo tiempo se deja llevar por un ejercicio intelectual esforzándose por comprender los episodios de la historia que se le  cuenta.
Ante todo observa el conjunto, luego los detalles. Es un ejercicio refinado de percepción simultánea de los signos, en esencia, de expresión diferente. Sigue las modificaciones de los cambios escénicos, buscándoles una significación.
Mira, escucha personajes que hablan; a cada instante, construye una relación entre lo que dicen / hacen los actores; pero al mismo tiempo construye / modifica la relación entre esos signos (parlantes / escénicos) y la construcción que hacen  /modifican, los personajes que presentan los actores.
Reenvía sin parar (consciente e inconscientemente) desde lo percibe a lo que conoce, a su "enciclopedia" personal, es decir que recibió de su cultura, pero también de su experiencia individual (de donde se deduce que nada de lo que recibe un espectador en el curso de una representación es idéntico a lo que recibe su vecino).                                                      
Se comprende la necesidad del trabajo del director, preparando por medio del juego de signos, y el del espectador, para ver la relación ( diferencias / semejanzas) entre lo que fue el trabajo del escritor y la existencia de conocimientos y preocupaciones de los espectadores

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La primera percepción que el espectador tiene del espectáculo, es una visión del conjunto de la escena. Percibe el conjunto, provisto o no de sujetos humanos que son los actores.
Hay dos posibilidades bien claras:
A) Un espacio codificado, construido, una escenografía donde todo se podrá leer como en un cuadro
B) Un espacio u otros espacios por naturaleza vagos, construidos en espera de la presencia humana para cargarse de sentido.

El primer trabajo del espectador es tomar conciencia del conjunto del cuadro, como un dato, análogo a una pintura que la mirada tiene como misión explorar para recorrerlo en todos los sentidos antes de reconstruirlo en función de sus datos principales. La primera lectura es por lo tanto pictórica pero orientada por la atención del actor.
 El espacio es el de una fábula, el de una historia por contar. Al comienzo es un inventario de elementos neutros que solo tendrán sentido a partir de la acción.
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Todo en lo visual de un espectáculo, se percibe en función de un después que es anunciado y un  antes que es recordado. La visión de un cuadro escénico es siempre recuerdo o premonición, actos psíquicos del espectador.
Cuanto más se aleja la escenografía de las referencias codificadas, el trabajo del espectador reconstruye más lo que ve en función de su propio universo: es rico y apasionante
La construcción de la imagen está en función del lugar psíquico del espectador.
Más aleatoria es la determinación de un centro del cuadro (o múltiples centros). El elemento que orientará al centro de la escena, alrededor de lo que todo se compone, ya sea porque queda inmóvil, o por el contrario, porque se desplaza sin cesar.

La tendencia "moderna" va a la deconstrucción del cuadro, a la imposibilidad de ver, por lo que habría más razones para construir un cuadro organizado
Por ende, en la lectura del cuadro escénico, el espectador está lejos de ser pasivo. Compara, elige, recompone, su rol principal en la percepción del espectáculo, es la focalización. Se sabe que su atención está permanentemente centrada o vuelta a centrar en elementos aislados, o sobre un conjunto de elementos alrededor de los cuales se hace una especie de encuadre espontáneo. La percepción funciona como un haz más o menos amplio, hasta que se concentra en un rostro, una mímica, una boca.
A menudo la localización está programada por el director, quien lleva de la mano al espectador, y la sorpresa se hace imagen. Pero las cosas no son simples: es en la etapa de la localización cuando la elección del espectador es más libre. El director se esfuerza en vano para guiar la mirada por medio de un agrupamiento preferencial de personajes, por un movimiento, un juego de luces, nada le impide al espectador elegir otra parte del espectáculo

Tampoco es imposible para el director "desfocalizar" la atención manipulando la mirada, “distrayendo” (Un ruido, una luz, un movimiento violento) voluntariamente al espectador.
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El espectador puede construir un cuadro alrededor de un actor al que le interesa seguirle el juego: entonces fabrica una serie de mini cuadros o de mini secuencias centradas alrededor de un actor-personaje.
La construcción del cuadro o de la mini secuencia se hace en general según un principio de economía: se encuadra lo indispensable: los interlocutores principales, o la acción principal, o el personaje que habla, o el que escucha cuando este acto de escuchar es dramático.

El espectador se permite elegir un detalle: el movimiento de mano de un actor, una postura, la súbita. Lo que puede hacer la mirada del espectador es justamente ese zoom, que su deseo establece;  la fuerza - percepción del detalle fuertemente individualizado - que se convertirá en centro de un cuadro. El detalle orientará la visión del conjunto. Visión fugaz y es justamente este carácter fugaz uno de los rasgos característicos de la contemplación teatral.
Por lo tanto la mirada no es estática; sin cesar se mueve, modificando la visión. Pero lo más determinante en este recorrido de la mirada, lo más personal también, es la exploración del espacio escénico y sobre todo este movimiento de ir y venir entre dos partes del escenario total, o entre dos mini cuadros, establece un permanente intercambio.
            La riqueza de la puesta en escena tiende a la riqueza de inversión de la mirada. El espectador es convocado a fabricar para su propio placer.
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Este trabajo de la mirada implica una retórica o mejor dicho una poética. Entre dos imágenes construidas, entre dos grupos de signos que la vista ha fragmentado y rearmado, se establece en principio una metáfora.
Una metáfora visual poderosa. La metáfora que fabrica la mirada, aporta y contribuye al sentido.
Es por esta vuelta indirecta que la mirada poética puede convertirse en la mirada filosófica.
Las luces son el lazo de unión de una cantidad de señales visuales. La luz no cambia solo la iluminación del cuadro, sino también  su sentido
Por cierto, el espectador de teatro hace con las imágenes que recibe su propio texto poético, en relación con la otra parte de la recepción teatral, la escucha de lo verbal

Obstáculos para la buena recepción de la imagen teatral:

-Pobreza de signos escénicos.

-Carácter excesivamente codificado, banalidad en el sistema de signos.

-Exceso de información, multiplicación excesiva de signos, personajes, vestuario, objetos; a veces exceso en el esteticismo.

-Carácter excesivamente opaco de algunos signos que bloquean la construcción de imágenes emocionalmente satisfactorias.

-Todo signo que se parece a un ruido en la comunicación: un figurante inútil, un objeto puramente decorativo fuerza al espectador a tratar de eliminarlos.

-Información redundante.



violación de un texto Deleuziano

Las cosas mismas son imágenes, porque las imágenes no están en la mente o en el cerebro. Al contrario: el cerebro es una imagen entre otras. Y las imágenes no dejan de actuar y reaccionar unas sobre otras, de producir y de consumir. No hay diferencia alguna entre las imágenes, las cosas y el movimiento.

G.Deleuze


Resonancias, alteración, violación de un texto Deleuziano, producción “a partir de”.

IMAGEN – PLANO / ESPACIO – FACTORES – MOVIMIENTO – TIEMPO – ACCIÓN –
PERCEPCIÓN – VÍNCULO SENSOMOTOR / SIT. OPTICA / SONORA PURA – VÍNCULOS / RELACIÓN “ENTRE” - PENSAMIENTO


Habitualmente se intenta clasificar los tipos de imágenes y los signos correspondientes de la misma manera en que se clasifican los animales. Los géneros no dicen nada de los tipos de imágenes ni de sus caracteres intirinsecos. En cambio, si definen tipos distintos de imágenes, los planos ( primer plano, plano general, ubicación en el espacio, relaciones - distancia, semejanza- etc-). Intervienen ademas, muchos otros factores (luminosos, sonoros, temporales). Si he considerado el dominio del cine en su conjunto es porque se ha constituido apoyado en la imagen-movimiento. En consecuencia, tiene una aptitud para crear o revelar un máximo de imágenes distintas, y la posibilidad de componerlas entre sí mediante el montaje. Hay imágenes-acción, imágenes-percepción, imágenes-afección y muchas otras. En cada caso, las imágenes se caracterzan por signos intemos, tanto desde el punto de vista de su génesis como desde el de su composición. No se trata de signos lingüísticos, aunque sean sonoros e incluso vocales
Bergson establece el concepto fundamental de imagen-movímíento con sus tres formas principales -imagen-percepción, imagen-acción, imagen-afección-
No ubica el movimiento del lado de la duración sino que, por una parte, plantea una identidad absoluta entre movimiento, materia e imagen y, por otra, descubre un Tiempo que es coexistencia de todos los niveles de duración (de los cuales la materia sería únicamente el nivel más bajo).
En sus Escritos, Dreyer alude constantemente a la necesidad de suprimir la tercera dimensión, la profundídad, para configurar imágenes planas en relación directa con una cuarta o incluso una quinta dimensión, el Tíempo, el Espíritu.
No basta con decir que el teatro actual  rompe con la narración tradicional.
La acción expresa situaciones senso motoras.  personajes que se encuentran en tal o cual situación, y que actúan, en relación (reacción,estímulo-impúlso), según lo que perciben. Asi, las acciones se vinculan a las percepciones y estas se prolongan en acciones.
Supongamos ahora un personaje que se encuentra en una situación (cotidiana o extraordinaria) que desborda toda acción y que le impide reaccionar. Es algo que tiene mucha fuerza, algo muy doloroso y también muy bello. El vínculo sensomotor queda roto. Ya no estamos en una situación sensomotora, sino en una situación óptica o sonora pura.
En Stromboli el personaje de “la extranjera”. Contempla la pesca del atún, la agonía del atún, y después la erupción del volcán. Carece de reacciones ante todo ello, no tiene respuestas, se trata de una gran intensidad.  Parece decir con su silencio: "Es el fin, tengo miedo, Dios mío, qué belleza, qué misterio ....

Esa es la gran invención del neorealismo: ya no se confía igual que antes en las posibilidades de reacción ante las situaciones, y sin embargo no se permanece pasivo ante ellas, se revela o se expresa algo intolerable, algo insoportable, incluso en lo más cotidiano de la vida.

Cuando nos encontramos ante situaciones ópticas y sonoras puras, ya no es únicamente la acción (y por tanto la narración) lo que se viene abajo, sino que las percepciones y las afecciones cambian de naturaleza, pasan a un sistema distinto del sistema sensomotor del relato en imágenes "clásico". Es más, ni siquiera se trata del mismo tipo de espacio: al haber perdido sus conexiones motrices, el espacio se convierte en espacio inconexo o vacío.


LENGUAJE / RELATO / GRAMÁTICA DE LA IMAGEN / LEGIBILIDAD


Nunca hay sólo una imagen. Lo que cuenta es la relación entre imágenes. ¿Con qué se relaciona la percepción cuando se convierte en percepción óptica y sonora pura, ya que no puede ser con la acción? La imagen, separada de su prolongación motriz, entra en relación con una imagen virtual, una imagen mental o especular. He visto una fábrica, pero me ha parecido ver a unos condenados... la imagen se convierte en pensamiento, es capaz de expresar los mecanismos del pensamiento,
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La referencia al modelo lingüístico termina por dejar claro que el relato en imágenes es algo distinto y que, si puede llamarse lenguaje, se trata de un lenguaje analógico o de modulación. Ello indicaría, por tanto, que la referencia al modelo lingüístico es una complicación de la que seria deseable prescindir. Uno de los textos más bellos de Bazin es aquel en el que explica que la fotografía es un molde, un moldeado (podría decirse, en otro sentido, que también el lenguaje es un molde), mientras que el relato en imágenes es por entero modulación. No solamente las voces, sino también los sonidos, las luces y los movimientos están en constante modulación. Ciertos parámetros de las imágenes se someten a variaciones, repeticiones, parpadeos, bucles, etc. Si puede hablarse de una evolución del relato de imagen en escena con respecto al que llamamos clásico, tal evolución se estaría produciendo desde dos puntos de vista, por una parte, la multiplicación de los parametros, la constitución de series divergentes, mientras que la imagen clásica tendía a las series convergentes. Ésta es la razón por la que la imagen pasa de ser visible a ser legible. "Legible" significa, en este contexto, la independencia de los parámetros y la divergencia de las series. Otro aspecto, tiene que ver con la cuestión de la verticalidad. Es posible que en la escena la persistencia de la verticalidad de la “Boca de escena -ventana – pantalla” sea sólo aparente, funcionando más bien como un plano horizontal o inclinable.
Los grandes directores hacen como Varese en música: trabajan con los medios de que disponen, pero exigen nuevos aparatos, nuevos instrumentos. Instrumentos inútiles cuando aparecen de la  mano de autores mediocres, porque ellos pretenden sustituir las ideas por esos aparatos. Por el contrario, las ideas de los grandes autores provocan estos nuevos instrumentos. Esto es lo que me impide creer que el teatro haya muerto en provecho del cine, la televisión o el video. El relato en imágenes (en escena-en pantalla) se sirve de cualquier medio nuevo.
El ojo está ya en las cosas, forma parte de la imagen, es su visibilidad. El ojo no es la cámara sino la pantalla. La cámara, con todas sus funciones proposiconales, es más bien un tercer ojo, un ojo mental..
 Lo Abierto también es una noción filosófica de Bergson. Lo importante es la distinción entre los conjuntos y el todo. Si se confunden, el todo pierde su sentido y caemos en la célebre paradoja del conjunto de todos los conjuntos 'Un conjunto puede contener elementos muy diversos, pero no por ello deja de estar cerrado, relativa o artificialmente. Digo "artificialmente" porque siempre hay un hilo, aunque sea muy delgado, que une a ese conjunto con otro mayor, hasta el infinito. El todo es de una naturaleza diferente, pertenece al orden del tiempo: atraviesa todos los conjuntos, y es justamente lo que les impide llevar a término su tendencia, es decir, lo que les impide cerrarse completamente. El tiempo es lo Abierto, es lo que cambia sin cesar de naturaleza en cada instante. El todo no es un conjunto, sino la perpetua travesia de un conjunto a otro, la transformación de un conjunto en otro.  Esta relación entre el tiempo, el todo y lo abierto es muy dificil de pensar, pero justamente el relato en imágenes nos facilita la labor.
Podríamos decir que hay tres niveles coexistentes: el encuadre, que es la determinación de un conjunto provisional artificialmente cerrado; el desglose o guión técnico es la determinación del movimiento o de los movimientos que se distribuyen entre los elementos del conjunto; pero el movimiento expresa a también un cambio o una variación del todo que tiene que ver con el montaje. El todo atraviesa todos los conjuntos, impidiendo su cierre "total'. Cuando se habla de espacio "en off" se quieren decir dos cosas: por un lado, que todo conjunto determinado toma parte de un conjunto más amplio, de dos o tres dimensiones; pero también que todos los conjuntos se hallan inmersos en un todo de naturaleza distinta, en una cuarta o en una quinta dimensión que varía constantemente a través de los conjuntos que atraviesa, por muy grandes que sean. En el primer caso, se trata de una extensión espacial y material; en el otro, se trata de la determinación espiritual . Ambos aspectos son complementarios, se alimentan el uno del otro, y en unos casos será uno de ellos el privilegiado, como en otros lo será el otro. El relato en imágenes no deja de jugar con estos dos niveles coexistentes, y cada uno de los directores tiene su manera de concebirlo y de practicarlo. En toda obra de arte, siempre hay algo abierto. Y cuando investigamos de qué se trata siempre resulta ser el tiempo, el todo.


Este texto pertenece a G.Deleuze. Ha sido alterado en cuanto a su especificidad en relación al cine y se han destacado conceptos que hacen a la busqueda de mis talleres de Gramática de la Imagen ( investigación acerca del “Lenguaje de la imagen en escena”) .
Entre otras: Cine = Relato en imágenes, Pantalla = Espacio escénico.
Javier Margulis


SOBRE LA IMAGEN MOVIMIENTO
Cabiers du Cinéma, n." 352, Octubre de 1983, entrevista con Pascal Bonitzer y jean Narboni realizada el 13 de Septiembre, completada y redactada por los participantes
- Su libro no se presenta como una historia del cine, sino como una clasificación de las imágenes y los signos, como una taxonomía. En este sentido, puede verse como prolongación de algunas de sus obras anteriores: por ejemplo, usted ya hizo una clasificacíón de los signos en el caso de Proust. Pero La Imagen-Movimiento es la primera de sus obras en la que usted decide abordar, no ya un problema filosófico, ni siquiera una obra concreta (la de Spinoza, Kafka, Bacon o Proust), sino un dominio en su totalidad, el cine en este caso, Y, al mismo tiempo, aunque usted rehúsa hacer una historia del cine, lo trata de modo histórico.
-En efecto, en cierto modo es una historia del cine, pero una "historia natural". Se trata de clasificar los tipos de imágenes y los signos correspondientes de la misma manera como se clasifican los animales. Los grandes géneros (westem, cine policiaco, cine histórico, comedia, etc.) no dicen nada de los tipos de imágenes ni de sus caracteres intirinsecos. Por otra parte, los planos -primer plano, plano general, ete- si definen tipos distintos. Pero intervienen muchos otros factores (luminosos, sonoros, temporales). Si he considerado el dominio del cine en su conjunto es porque se ha constituido apoyado en la imagen-movimiento. En consecuencia, tiene una aptitud para crear o revelar un máximo de imágenes distintas, y sobre todo para componerlas entre sí mediante el montaje. Hay imágenes-acción, imágenes-percepción, imágenes-afección y muchas otras. En cada caso, estas imágenes se caracterzan por signos intemos, tanto desde el punto de vista de su génesis como desde el de su composición. No se trata de signos lingüísticos, aunque sean sonoros e incluso vocales. La importancia de un lógico como Pierce estriba en haber elaborado una clasificación de los signos extremadamente rica y relativamente independiente del modelo lingüístico. De ahí el reto de comprobar si el cine aporta un material móvil que exigiría una nueva comprensión de las imágenes y de los signos. Lo que he intentado hacer es, en este sentido, un libro de lógica, una lógica del cine.

- Se díría también que usted se ha propuesto reparar una especie de injusticia que la filosofía ha cometido con el cine. En particular reprocha usted a la fenomenología su incomprensión del cine y el haber minimizado su importancia comparándolo y contraponiéndolo a la percepcíón natural.  También dice usted que Bergson disponía de todo lo necesario para esa comprensión, que incluso se bahía adelantado al cine, pero que no supo o no quiso reconocer la convergencia de sus propias concepciones con el cine. Como si hubiese entre Bergson y el cine una especie de carrera de persecución mutua. Efectivamente, en Materia y memoria, sin conocer el cine, establece Bergson el concepto fundamental de imagen-movímíento con sus tres formas principales -imagen-percepción, imagen-acción, imagen-afección-, lo que anuncia la propia novedad del cine. Pero, después, en La evolución creadora, y esta vez en una verdadera confrontación con el cine, lo rechaza, si bien por un motivo completamente distinto del que movía a hacerlo a los fenomenólogos.- Bergson ve en el cine, como en la percepción natural, la perpetuación de una antigua ilusión, la que consiste en creer que se puede reconstruir el movimiento mediante momentos fijos de tiempo.

-Es curioso. Tengo la impresión de que las concepciones filosóficas modernas de la imaginación no tienen para nada en cuenta al cine: o bien creen en el movimiento, pero suprimen la imagen, o bien mantienen la imagen pero suprimen el movimiento. Es curioso que Sartre, en Lo imaginario, considere todo tipo de imágenes salvo las cinematográficas. A Merlau-Ponty le interesaba el cine, pero sólo para confrontarlo con las condiciones generales de la percepción o del comportamiento. La posición de Bergson en Materia y memoria es única. 0 quizás es que Materia y memoria es un libro único, extraordinario en la propia obra de Bergson. Ya no ubica el movimiento del lado de la duración sino que, por una parte, plantea una identidad absoluta entre movimiento, materia e imagen y, por otra, descubre un Tiempo que es coexistencia de todos los niveles de duración (de los cuales la materia sería únicamente el nivel más bajo). Fellini decía hace poco que somos al mismo tiempo nifios, ancianos y adul tos: es completamente bergsoniano. En Materia y memoria se dan cita un espiritualismo puro y un materialismo radical. Podríamos decir que se trata de Vertov y Dreyer a un mismo tiempo, en las dos direcciones a la vez. Pero Bergson no proseguirá por este camino. ¿Por qué renuncia a estos dos hallazgos fundamentales acerca de la imagen-movimiento y de la imagen-tiempo? Pienso que se debe a que Bergson estaba elaborando nuevos conceptos filosóficos relacionados con la teoría de la relatividad: estaba convencido de que la teoría de la relatividad implicaba una concepción del tiempo que no podía establecerse por si sola, y que era la filosofía la encargada de construirla. Lo que pasó es que dio la impresión de que Bergson se oponía a la teoría de la relatividad, de que la estaba criticando como tal teoría física. A Bergson le pareció que el malentendido había sido demasiado grave como para pretender deshacerlo, y se replegó hacia una concepción más simple. A pesar de ello, en Materia y memoria (1896) con cibió una imagen-movimiento y una imagen-tiernpo que, más tarde, habrían podido encontrar su aplicación en el cine.

- ¿No es eso lo que sucede justamente en un director como Dreyer, que ha inspirado páginas muy hermosas de su libro? Hace poco he vuelto a ver Gertrud, que se va a estrenar de nuevo a sus veinte años. Es una espléndida película en la que la modulación de los niveles temporales alcanza un refinamiento sólo igualado, en ciertos momentos, por algunas películas de Mizogucbi (por ejemplo, la aparición-desaparición de la mujer del alfarero, a la vez muerta y viva, al final de los Cuentos de la luna pálida de Agosto). En sus Escritos, Dreyer alude constantemente a la necesidad de suprimir la tercera dimensión, la profundídad, para configurar imágenes planas en relación directa con una cuarta o incluso una quinta dimensión, el Tíempo, el Espíritu. No deja de resultar curioso que, por ejemplo, a propósito de Ordet, Dreyer manifieste que no se trata de una historia de espíritus o de locura, sino de "una profunda relación entre la ciencia exacta y la religión intuitiva ", y que lo baga invocando a Eínstein. Cito.- "La nueva ciencia, a partir de la teoría de la relatividad de Einstein, nos aporta pruebas de la existencia -fuera del mundo tridimensional de nuestra sensibilidad- de una cuarta dimensión, la del tiempo, y de una quinta, la delpsiquismo. Ha quedado demostrada la posibilidad de vivir acontecimíentos que aún no han sucedido. Se han abierto nuevas perspectivas que nos permiten constatar un profundo vínculo entre las ciencias exactas y la religión intuitiva "... Pero volvamos a la cuestión de la "historia del cine". Usted hace intervenir en su libro ciertas secuencias, dice que tal típo de imágenes aparece en tal momento, por ejemplo después de la guerra. No se está limitando, pues, a una mera clasificación abstracta ni a una historia natural, también está intentando dar cuenta de cierto movimiento histórico.
- En primer lugar, es evidente que los tipos de imágenes no preexisten, que es necesario crearlos. Podríamos decir que tanto la imagen plana como la profundidad de campo deben ser creadas y recreadas en cada momento, los signos remiten siempre a una rúbrica. Es por ello que un análisis de las imágenes y los signos debe comportar estudios monográficos acerca de los grandes autores. Pongamos un ejemplo: creo que el expresionismo es una concepción de la luz en su relación con las tinieblas, y esta relación es una lucha. En la escuela francesa de la preguerra sucede algo muy distinto: en lugar de lucha hay alternancia, no solamente la luz es movimiento por sí misma, sino que hay dos luces que se alternan, la solar y la lunar. Se parece mucho al trabajo pictórico de Delaunay. Es un anti-expresionismo. Podernos hoy clasificar en la escuela francesa a un autor como Rivette, porque ha redescubierto y renovado completamente esta temática de la doble luz, ha hecho maravillas a partir de ella. No solamente está cerca de la pintura de Delaunay, sino de la literatura de Nerval. Es el cincasta más nervaliano, o acaso el único cincasta nervaliano. En todo ello influyen, claro está, factores históricos y geográficos que atraviesan el cine, que lo relacionan con otras artes, que ocasionan que reciba influencias o que las ejerza. Hay toda una historia. Pero no creo que esta historia de las imágenes sea evolutiva. Creo más bien que todas las imágenes combinan los mismos elementos y los mismos signos de modo distinto. Pero no todas las combinaciones son posibles en todos los momentos: se precisan ciertas condiciones para que se desarrolle un elemento, pues de lo contrario queda atrofiado o en posición secundaria. Hay, por tanto, más que líneas de descendencia o de filiación, grados de desarro- llo, cada uno en el límite de su perfección. En este sentido hablo de una historia natural en lugar de una "historia histórica".
- Pero la clasificación que usted hace es también una valoración. implica juicios de valor acerca de los autores de los que se ocupa y, por consiguiente, también acerca de aquellos otros a quienes apenas menciona. El libro nos anuncia una segunda paile, se detiene en el umbral de una imagen-tiempo que estaría, en cuanto tal, más allá de la ímagen-movímiento. Pero, en este primer volumen, usted describe la crisis de la imagen-acción alfinal de la Segunda
Guerra Mundial (neo-realistno italiano, y después la nueva ola francesa ... ). Abora bien, ¿no podríamos decir que muchos de " rasgos con los que usted caracteriza el cine de este período de crisis (la consideración del carácter fragmentario y disperso de lo real, la impresión de que todo se ha convertido en cliché, las constantes pemutaciones de lo principal y lo secundario, las nuevas articulaciones de las secuencias, la ruptura del vínculo simplificado entre una situación dada y la acción de un personaje) estaban ya presentes en dos películas anteriores a la guerra, La regla del juego y Ciudadano Kane, películas que se consideran como fundadoras del cine moderno y que usted no cita?
- Empezaré por decir que no tengo pretensión alguna de descubrir nada: todos los autores a quienes cito son muy conocidos y siento por ellos gran admiración. Por ejemplo, desde el punto de vista de las monografías, he tomado en consideración el mundo de Losey, y he intentado definirlo mediante un acantilado muy pronunciado y elevado lleno de aves de gran tamaño, helicópteros y esculturas inquietantes, bajo el cual se extiende una ciudad victoriana, estando ambos espacios comunicados a través de un plano de inclinación máxima. Este es el modo en que Losey recrea las coordenadas del naturalismo, coordenadas que encontramos, bajo otras formas, en Stroheim o en Bufiuei. Considero el conjunto de una obra, no creo que haya nada despreciable en las grandes obras: en el caso de Losey, La trucha ha sido muy criticada, incluso en estas mismas páginas [Cahíer du Cínéma], porque no se la ha llegado a situar en el conjunto de la obra del autor, en el que aparece como una nueva Eva. Dice usted que he deja- do grandes lagunas, Weiles, Renoir; autores de una inmensa importancia. En este primer tomo, no me era posible considerar el conjunto de su obra. Encuentro que la obra de Renoir está dominada por cierta relación entre el teatro y la vida o, más concretamente, entre la imagen actual y la imagen virtual. Creo que Welles ha sido el primero en construir una imagen-tiempo inmediata, una irnagen-tiempo que ya no puede derivarse a partir del movimiento. Se trata de un progreso formidable que Resnais sabrá aprovechar. Pero no podía utilizar estos ejemplos en este primer tomo, mientras que sí podía, en cambio, hablar del naturalismo en su conjunto. En cuanto al neo-realismo y a la nueva ola, me he limitado a abordar únicamente sus aspectos más superficiales, y todo ello al final del libro.
- Queda, en cualquier caso, la impresión de que lo que más le interesa son el naturalismo y el espiritualísrno (digamos, por una parte, Buñuel, Stroheim y Losey, y, por la otra, Bresson y Dreyer), es decir, o bien la caída y la degradación, propias del naturalísmo, o bien el impulso, la elevación espiritual, la cuarta dimensión, Se trata de movimientos verticales. Parece como si usted estuviera menos interesado en los movimientos horizontales, en el encadenamiento de las acciones, por ejemplo, en el cine norteamericano. Así, al abordar el neo-realismo y la nueva ola, usted habla al mismo tiempo de la crisis de la imagen- acción y de la crisis de la imagen-movimiento en su conjunto. ¿Quiere usted decir que en ese momento entra en crisis la imagen-movímiento en su totalidad, y que ello prepara las condiciones para que aparezca otro tipo de ímagen que se situaría más allá del movimiento? ¿O bien se trata únicamente de la crisis de la ímagen-acción, lo que dejaría intactos, e incluso fortalecería los otros dos aspectos de la ímagen-movímiento.- las percepciones y las afecciones puras?

- No basta con decir que el cine moderno rompe con la narración. Esto no es más que una consecuencia cuyo principio se nos escapa. El cine de acción expresa situaciones senso motoras. hay personajes que se encuentran en tal o cual situación, y que actúan, si es preciso con una violencia, según lo que perciben. Las acciones se vinculan a las percepciones, las percepciones se prolongan en acciones. Supongamos ahora un personaje que se encuentra en una situación (cotidiana o extraordinaria) que desborda toda acción y que le impide reaccionar. Es algo que tiene mucha fuerza, algo muy doloroso y también muy bello. El vínculo sensomotor queda roto. Ya no estamos en una situación sensomotora, sino en una situación óptica o sonora pura. Es otro tipo de imagen. Imaginemos a la extranjera de Stromboli. Contempla la pesca del atún, la agonía del atún, y después la erupción del volcán. Carece de reacciones ante todo ello, no tiene respuestas, se tra- ta de una gran intensidad: "Es el fin, tengo miedo, Dios mío, qué belleza, qué misterio ...... 0 la burguesa de Europa 51 ante la fábrica: "Me parece haber visto a unos condenados..." Creo que esa es la gran invención del neorealismo: ya no se confía igual que antes en las posibilidades de reacción ante las situaciones, y sin embargo no se permanece pasivo ante ellas, se revela o se expresa algo intolerable, algo insoportable, incluso en lo más cotidiano de la vida. Es el cine de Vidente. Como dice Robbe-Grillet, la descripción ha sustituido al objeto. Ahora bien, cuando nos encontramos ante esta clase de situaciones ópticas y sonoras puras, ya no es únicamente la acción (y por tanto la narración) lo que se viene abajo, sino que las percepciones y las afecciones cambian de naturaleza, pasan a un sistema distinto del sistema sensomotor del cine "clásico". Es más, ni siquiera se trata del mismo tipo de espacio: al haber perdido sus conexiones motrices, el espacio se convierte en espacio inconexo o vacío. El cine moderno construye espacios extraordinarios, los signos sensomotores han sido sustituidos por "opsignos" y "sonsignos". Es verdad que aún hay movimiento. Pero toda la iniagen-movimiento está cuestionada. También es cierto que la nueva imagen óptica y sonora remite a las condiciones externas que se dan después de la guerra, los espacios en ruinas o abandonados, todas las formas de "merodear" que han sustituido a la acción, y en todas partes el crecimiento de lo intolerable.
Nunca hay sólo una imagen. Lo que cuenta es la relación entre imágenes. ¿Con qué se relaciona la percepción cuando se convierte en percepción óptica y sonora pura, ya que no puede ser con la acción? La imagen actual, separada de su prolongación motriz, entra en relación con una imagen virtual, una imagen mental o especular. He visto una fábrica, pero me ha parecido ver a unos condenados... En lugar de una continuidad lineal, un circuito en el que ambas clases de imágenes se persiguen mutuamente, girando alrededor de un punto en el que no se distingue lo real de lo imaginario. Podia decirse que la imagen virtual y la imagen actual se cristalizan. Imagen-cristal, siempre doble o reduplicada, tal y como ya podemos encontrarla en Renoir, y también en Ophuls, tal y como la encontraremos, de un modo distinto, en Fellini. Hay muchas formas de cristalización de imágenes, muchos signos cristalinos. Pero siempre vemos algo en el cristal. Lo que vemos, en principio, es el Tiempo, los estratos de tiempo, una imagen-tiempo directa. No es que haya cesado el movimiento, sino que las relaciones entre tiempo y movimiento se han invertido. El tiempo ya no se deriva de la composición de las imágenes-movimiento (montaje), sino al revés, el movimiento se deriva del tiempo. No es que desaparezca el montaje de forma necesaria, pero cambia de sentido, se convierte, como dice Lapoujade, en “exhibición" ('montrage" juego de palabras intraducible entre 'montage' (montaje) y 'montrage', término que remite al mismo tiempo a 'mostrar' (montrer), y en ese sentido sería algo así como un 'muestreo", pero también al tiempo, ya que montre significa en francés 'reloj'. ) En segundo lugar, la imagen contrae un nuevo tipo de relaciones con sus propios elementos ópticos y sonoros- se diría que esta "videncia' nos muestra algo que, más que visible, es "legible". Ello permite toda una pedagogía de la imagen al modo de Godard. Finalmente, la imagen se convierte en pensamiento, es capaz de expresar los mecanismos del pensamiento, al mismo tiempo que la cámara asume diversas funciones que actúan como verdaderas funciones proposicionales. Estimo que la superación de la imagen-movimiento se produce en estos tres aspectos. En términos clasificatorios, podríamos hablar de "cronosignos', "lectosignos" y "noo- signos".
- Es usted muy crítico con la lingüístíca y con las teorías cinematográficas inspiradas en esta disciplina. Sin embargo, habla usted de imágenes que se tornarían "legibles" más que "visibles'. Pero el término "legible", aplicado al cine, hizo furor precisamente en la época de predominio de la lingüística ("leer una película", 'lecturas de películas"... ). ¿No se arriesga usted a esa confusión al emplear esta palabra? Este término de "imagen legible", tal y como usted lo usa, ¿remite a la idea lingüístíca o a algo distinto?

- No creo que remita a la lingüística. Los intentos de aplicación de la lingüística al cine se han revelado catastróficos. Es cierto que autores como Metz o Passolini han realizado una obra crítica de gran importancia. Pero, en su caso, la referencia al modelo lingüístico termina por dejar claro que el cine es algo distinto y que, si puede llamarse lenguaje, se trata de un lenguaje analógico o de modulación. Ello indicaría, por tanto, que la referencia al modelo lingüístico es una complicación de la que seria deseable prescindir. Uno de los textos más bellos de Bazin es aquel en el que explica que la fotografía es un molde, un moldeado (podría decirse, en otro sentido, que también el lenguaje es un molde), mientras que el cine es por entero modulación. No solamente las voces, sino también los sonidos, las luces y los movimientos están en constante modulación. Ciertos parámetros de las imágenes se someten a variaciones, repeticiones, parpadeos, bucles, etc. Si puede hablarse de una evolución del cine actual con respecto al que llamamos clásico (que ya había ido muy lejos en este sentido), tal evolución se estaría produciendo desde dos puntos de vista, como vemos en las imágenes electrónicas: por una parte, la multiplicación de los parametros, la constitución de series divergentes, mientras que la imagen clásica tendía a las series convergentes. Ésta es la razón por la que la imagen pasa de ser visible a ser legible. "Legible" significa, en este contexto, la independencia de los parámetros y la divergencia de las series. Pero hay otro aspecto, que tiene que ver con una de sus anteriores observaciones, la referente a la cuestión de la verticalidad. Nuestro mundo óptico está condicionado en parte por la posición vertical. Un critico americano, Leo Steinberg, explicaba que la pintura moderna no se define tanto por un espacio plano puramente óptico como por el abandono del privilegio de la verticalidad: es como si el modelo de la ventana hubiese sido sustituido por un plano opaco, horizontal o inclinable, en el que se van inscribiendo los datos. De ahí la legibilidad, una legibilidad que no implica un lenguaje sino algo parecido a un diagrama. Es la fórmula de Beckett: mejor estar sentado que de pie, y mejor aún echado que sentado. En este sentido es ejemplar el ballet moderno: los movimientos más dinámicos tienen lugar en el suelo, mientras que los bailarines que permanecen en pie se aglutinan, da la impresión de que se caerían si se separasen. Es posible que en el cine la persistencia de la verticalidad de la pantalla sea sólo aparente, funcionando más bien como un plano horizontal o inclinable. Michaél Snow ha puesto en cuestión de modo muy serio los privilegios de la verticalidad, llegando a construir cierto aparato destinado a tal fin. Los grandes cineastas hacen como Varese en música: trabajan con los medios de que disponen, pero exigen nuevos aparatos, nuevos instrumentos. Estos instrumentos son inútiles cuando se dejan en manos de autores mediocres, porque ellos pretenden sustituir las ideas por esos aparatos. Por el contrario, las ideas de los grandes autores provocan estos nuevos instrumentos. Esto es lo que me impide creer que el cine haya muerto en provecho de la televisión o el video. El cine se sirve de cualquier medio nuevo.
- Quizás el cuestionamiento de la verticalidad sea uno de los grandes problemas del cine moderno; ocupa, por oemplo, un lugar central en la nueva película de Glauber Rocha, La edad de la tierra, un film espléndido que contiene planos inverosímiles, auténticos desafíos a la verticalidad. Pero, no obstante, al considerar el cine exclusivamente bajo esta petspectiva 'geométrica ", espacial ¿no estaría usted soslayando la dimensión propiamente dramática que aflora, por ejemplo, en el problema de la mirada tal y como ha sido tratado por autores como Hitcbcock o Lang? Es verdad que, en lo que concierne al primero de ellos, habla usted de una función de "sustracción " [démarquel, que parece implícitamente hacer referencia a la mirada. Pero la noción de mirada, incluso la palabra mirada, están del todo ausentes de su libro. ¿Es algo deliberado?
              - No sé si se trata de una noción indispensable. El ojo está ya en las cosas, forma parte de la imagen, es su visibilidad. Bergson lo muestra. la imagen es luminosa o visible en sí misma, solamente necesita una "pantalla oscura" que la impida moverse en todos los sentidos con las demás iniáge- nes, que impida que la luz se propague y se difunda en todas direcciones, que refleje y refracte la luz. "La luz siempre se ha propagado, pero nunca se ha revelado..." El ojo no es la cámara sino la pantalla. La cámara, con todas sus funciones proposiconales, es más bien un tercer ojo, un ojo mental..Menciona usted el caso de Hitchcock: ciertamente, él introduce al espectador en la película, como lo han mos- trado Truffaut y Douchet. Pero no es a causa de la mirada, sino más bien porque encuadra la acción mediante todo un tejido de relaciones. Supongamos que la acción es un crimen. Las relaciones constituyen otra dimensión en la cual el criminal "regala" a otro su crimen, o bien lo utiliza como medio de intercambio, o lo remite a un tercero. Rohmer y Chabrol lo han captado a la perfección. Estas relaciones no son acciones, son actos simbólicos que sólo tienen existencia mental (regalo, intercambio, etc.). Lo que la cámara desvela es precisamente eso: el encuadre y el movimiento de la cámara expresan las relaciones mentales. Si Hitchcock es inglés, lo es porque se interesa por los problemas y paradojas de las relaciones. El encuadre representa en su obra algo asi como un tapiz: el cuadro soporta toda la urdimbre de las relaciones, mientras que la acción constituye únicamente la trama móvil que la atraviesa por encima o por debajo. Lo que Hitchcock introduce en el cine es la imagen mental. No se trata de la mirada, pues, si la cámara es un ojo, se trata de un ojo mental. Esto explica la situación excepcional de Hitchcock en el cine: supera la imagen-acción hacia algo más profundo, las relaciones mentales, una especie de videncia. Pero, en lugar de tomarlo como una crisis de la imagen-acción, y más en general de toda la imagen-movimiento, lo convierte en un modo de perfeccionamiento o de saturación. Con todo, es posible considerar a Hitchcock como el último de lo cineastas clásicos o como el primero de los modernos.
- Para usted, Hitchcock es el director de las relaciones por excelencia, el cineasta de lo que usted llama la "terceridad". ¿Constituyen éstas relaciones lo que denomina usted "el todo"? Este es uno de los puntos más difíciles de su libro. Usted se reclama bergsoniano cuando dice que el todo no está cerrado sino que, al contrario, es lo Abierto, algo que siempre está abierto. Lo cerrado son los conjuntos, y no hay que confundir una cosa con la otra.

- Lo Abierto es muy conocido como una noción poética cara a Rilke. Pero es también una noción filosófica de Bergson. Lo importante es la distinción entre los conjuntos y el todo. Si se confunden, el todo pierde su sentido y caemos en la célebre paradoja del conjunto de todos los conjuntos 'Un conjunto puede contener elementos muy diversos, pero no por ello deja de estar cerrado, relativa o artificialmente. Digo "artificialmente" porque siempre hay un hilo, aunque sea muy delgado, que une a ese conjunto con otro mayor, hasta el infinito. El todo es de una naturaleza diferente, pertenece al orden del tiempo: atraviesa todos los conjuntos, y es justamente lo que les impide llevar a término su tendencia, es decir, lo que les impide cerrarse completamente. Bergson no se cansa de decirlo: el Tiempo es lo Abierto, es lo que cambia sin cesar de naturaleza en cada instante. El todo no es un conjunto, sino la perpetua travesia de un conjunto a otro, la transformación de un conjunto en otro. Esta relación entre el tiempo, el todo y lo abierto es muy dificil de pensar, pero justamente el cine nos facilita la labor, Podríamos decir que hay tres niveles Cinematográficos coexistentes: el encuadre, que es la determinación de un conjunto provisional artificialmente cerrado; el desglose o guión técnico es la determinación del moimiento o de los movimientos que se distribuyen entre los elementos del conjunto; pero el      movimiento expresa a también un cambio o una variación del todo que tiene que ver con el montaje. El todo atraviesa todos los conjuntos, impidiendo su cierre "total'. Cuando se habla de espacio "en off" se quieren decir dos cosas: por un lado, que todo conjunto determinado toma parte de un conjunto más amplio, de dos o tres dimensiones; pero también que todos los conjuntos se hallan inmersos en un todo de naturaleza distinta, en una cuarta o en una quinta dimensión que varía constantemente a través de los conjuntos que atraviesa, por muy grandes que sean. En el primer caso, se trata de una extensión espacial y material; en el otro, se trata de la determinación espiritual en el sentido de Dreyer, o de Breton. Ambos aspectos no son excluyentes sino complementarios, se alimentan el uno del otro, y en unos casos será uno de ellos el privilegiado, como en otros lo será el otro. El cine no deja de jugar con estos dos niveles coexistentes, y cada uno de los grandes directores tiene su manera de concebirlo y de practicarlo. En toda gran película, como en toda obra de arte, siempre hay algo abierto. Y cuando investigamos de qué se trata siempre resulta ser el tiempo, el todo, tal y como ocurre en las películas de modos muy distintos. 

lunes, 20 de julio de 2009

Escenografía, un orden en el espacio de juego


Algunas reflexiones sobre el hacer del escenográfo.

Un espacio vacío contiene todo espacio posible.
Un escenario, espacio teatral, nunca esta vacío. En él se encuentran potencialmente mundos infinitos, múltiples geografías y todo ámbito imaginable.
Tabernas, campos de batalla, casas burguesas, playas, salones de palacio, salas de tortura, desiertos, bosques, estaciones de tren, islas, castillos feudales, etc.
¿Cuál es entonces la tarea del escenógrafo? ¿Cuál su función?
Poner orden. Mas que conquistarlo y ocuparlo, “llenándolo”, deberá vaciarlo hasta encontrar aquello que el montaje teatral en el que esta embarcado, requiere.
Descubrirlo, Develarlo. “Roer el hueso”.
No es fácil por cierto.
Esa grafía trazada en el diseño buscará y se ocupara de quitar aquello que resulte superfluo.
Solo permanecerá, se mantendrá en pie, lo que va a funcionar como “único-necesario”.
La hoja no esta en blanco, la caja teatral no esta vacía.
El escenógrafo se confrontará con la pregunta y la incertidumbre de que es lo que deberá “sacar del medio” y estar atento a esto, hasta encontrar ese sitio orgánico donde los personajes luego transitarán. Encargado de esa organización pondrá orden.
Dejar lo mínimo (no entendiendo por esto, dejar poco), si no aquello indispensable que estará en función a una propuesta integral, donde muchas son las voces que intervienen.
Poner en escena es una actividad coral.
El teatro es una disciplina de convivencia. Una práctica social colectiva.
Son muchos los que aun entienden por escenografía, al arte de embellecer el escenario. Decorarlo.
Una escenografia no puede ser “bella”. No es esa su función, ser pictórica.
En todo caso, podrá ser atractiva si logra mimetizarse con el todo, no sobresaliendo como una obra autónoma.
Propondrá una estética, determinada morfología y funcionamiento para que luego el director dinamice. Esta surgirá no solo del texto (si es que lo hay), ni de la propuesta de dirección y producción, sino también de la realidad y el estilo arquitectónico de la sala y de las posibilidades técnicas que esta ofrezca.
El trabajo del escenógrafo es un trabajo autoral, sin duda. Esta allí, signando una dirección a seguir. Abriendo un camino posible.
“No había nada de escenografía”. ¿Cuantas veces hemos oído esta frase a la salida de una función?
¿Nada?
Solo la arquitectura que lo contiene ya es “algo”. Dicta leyes.
No es lo mismo hacer “Hamlet” en el Teatro Cervantes, en el sótano de una casa o en un parque.
La elección de no poner elementos, o prescindir de ellos en el escenario, es una decisión escenográfica. Una propuesta. Una estética y una ética.
A veces una de las mas difíciles de tomar.
Sabiendo que todo cuerpo ocupa un espacio, un actor accionando, ya esta determinando de alguna manera el espacio escénico.
La escenografia es eso, espacio en acción.
No trabaja en dos dimensiones como la pintura, ni en tres como en la escultura.
La escenografia utiliza una cuarta dimensión que es la del “espacio-tiempo”.
Una sola silla puede ser un bar. Un farol, el trazado de una calle. Una tarima, el Partenón. Una pila de zapatos, Auschvitz.. Una cinta celeste, el Océano Atlántico.
Las formas de representación son múltiples. Verosímiles, si logramos hacer que el espectador entre en juego. Creíbles, si el espectador acepta el código que se le presenta.
Se puede mostrar Versalles, con paredes estucadas y ricos tapizados o simplemente con un espejo. Las dos opciones son validas en la medida que respondan a una necesidad de puesta, y en tanto esta la sostenga.
Peter Brook decía que una escenografía debería ser un boceto incompleto hasta el día del estreno, tener claridad en su propuesta, pero sin rigidez. Así debería serlo. Es cierto que en determinadas producciones eso no es posible.
Si fueron bien elegidas y usadas “las palabras”, todo estará dicho. El discurso será creíble.
Todo respirará normalmente.
Como la actuación, la música, la luz, o el texto dramático, también la escenografia está sumándose a una dramaturgia. Es parte.
En el teatro siempre estamos representando. Volviendo a presentar. Jugando… y si algo es seguro es que no se puede jugar a medias. Es naturaleza del teatro poner en juego
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